El águila real y su rol como depredador tope

– ¡Papá mira! ¡Acaba de pasar un águila real con una cría de ciervo en sus garras!
– No digas tonterías. ¿Cómo va a poder llevar un pájaro a un animal que pesa más que él?
– ¡Sí, te lo prometo! ¡Lo he visto con los prismáticos, no tengo ninguna duda! Se lo ha llevado hacia esos cortados de piedra donde tendrá el nido.
– Corre déjame los prismáticos a ver si consigo verla.
¡Toma, ya verás! Mira justo encima de esos chopos, a la altura de las casas de piedra.
– Igual tienes razón hijo. He visto como llevaba una presa grande. Es temporada de cría y es cierto que con esas garras son capaces de llevar lo que sea por los aires. Mañana iremos a ver
los polluelos con el teleobjetivo para sacarles fotos. A mi amigo Enrique seguro que le hace ilusión saber que hemos descubierto un nuevo nido para su proyecto de conservación. 

¿Dónde vive el águila real?

Antes de nada, es importante saber que, al igual que ocurre con otras especies, hay varios tipos de águila real. Si tenemos en cuenta los criterios geográficos podemos diferenciar hasta 7 u 8 subespecies. Sin embargo, según la clasificación genética, podemos dividir la población mundial de águilas reales en dos linajes que tomaron ramas evolutivas diferentes. ¿Qué es lo que ocurrió?

Estudios sobre el ADN mitocondrial del águila real nos sugieren que durante la última glaciación la especie consiguió sobrevivir en al menos dos refugios reproductivamente aislados el uno del otro. Uno de ellos, la región mediterránea y el otro en el continente asiático. Desde el primero, el linaje mediterráneo (Aquila chrysaetos homeyeri)  fue ocupando el sur y centro de Europa junto al norte de África. Por otro lado, el linaje holártico (Aquila chrysaetos chryasaetos), con mayor rango de distribución, se extendió por Asia continenental y norte de Europa, Japón y Norteamérica. Además, existe un lugar donde ambos linajes confluyen. La cordillera de los Alpes actúa como enclave divisorio entre ambas poblaciones. Estos grandes picos rocosos son uno de los pocos sitios donde ambos linajes se encuentran y, al menos de forma ocasional, tiene lugar un flujo genético entre ellos. (Nebel et. al., 2015) 

Distribución águila real mediterránea.
Fuente: Proyecto Aequilibrium.

Dentro de este rango de distribución, el águila real habita casi cualquier ecosistema. Bosques, dehesas, picos rocosos, desiertos y litorales. Muestran especial predilección por construir sus nidos en paredes rocosas donde los polluelos puedan permanecer a la sombra pero también hacen uso de los árboles para anidar, aunque con menor frecuencia. Independientemente del ecosistema, el águila real se ha adaptado a cualquier tipo de paisaje y es capaz de depredar sobre cualquier especie. 

¿Qué le hace ser considerada un depredador tope?

El águila real ha sido siempre un ejemplo de poderío. En la historia, su capacidad predatoria quedó reflejada en cientos de objetos y símbolos. La figura del águila llegó incluso a tomar la forma del dios Zeus como símbolo de máxima fortaleza. Por ejemplo, en el mundo moderno la vemos reflejada en la bandera de México y, antiguamente, en la bandera de España del régimen franquista. Los nazis, siguiendo el ejemplo del Sacro Imperio Romano, también usaron la figura del águila en sus ejércitos, ya que era considerada la insignia del poder imperial. Aún dejando de lado todas estas cuestiones, es indiscutible que el águila real es el ave rapaz más poderosa de todas las existentes en su zona de distribución mundial. 

Igual que otras especies clasificadas como depredador tope, el águila regula las poblaciones de casi cualquier otra especie de fauna o flora que exista en el ecosistema, de forma directa o indirecta. Esa es una de las características más destacadas de este tipo de especies: su papel en el ecosistema es indispensable para mantener el equilibrio que sostiene la salud del medio ambiente. Además, el águila real es considerada una «especie paraguas». ¿Qué significa esto?

En el campo de la biología, las especies paraguas son aquellas seleccionadas bajo criterios conservacionistas para su protección por el gran impacto positivo que ello genera. La protección de una especie paraguas implica la conservación de muchas otras con quienes comparte el territorio donde vive. Tanto faunísticas como florales.

águila real comiendo un zorro
Foto: Roland Albanese / 500px

Además de su rol ecológico, el águila real es considerada un depredador tope también por su posición en la cadena alimentaria y por una serie de características físicas y comportamentales que le hacen tener una destreza inigualable para capturar y matar a sus presas. Veamos algunas:

CARACTERÍSTICAS QUE LE HACEN UN GRAN DEPREDADOR

Algunos ejemplares alcanzan el metro de longitud desde el pico al extremo de la cola pero no es esto lo que más nos sorprende. Sus alas llegan a tener 2.3 metros de envergadura, lo mismo que un oso grizzly erguido sobre sus patas traseras. Gracias a ellas, las águilas son capaces de planear durante horas y escudriñar todos los detalles del paisaje hasta dar con la presa. La vista del águila cuenta con una nitidez y precisión extraordinarias, pudiendo ver a la perfección un conejo desde una altura de 3 kilómetros y medio. Algo parecido sería que pudieras ver una hormiga en el suelo desde la azotea de un edificio de 10 plantas.

Una vez han fijado el objetivo, su destreza en el aire le permite llevar a cabo varias estrategias de caza: movimientos rápidos en vuelo rasante para sorprender a la presa, persecuciones más largas como otras rapaces o vuelos en picado en los que puede alcanzar 320 km/h. ¿Cómo matan a sus presas?

águila real aterrizando con las alas abiertas
Foto: Mystral-Rose (Pinterest)

Aunque son capaces de cazar algunas aves al vuelo, la mayoría de sus presas mueren en el suelo. Sus garras de casi 6 cm actúan como cuchillas que se clavan en el cuerpo de la presa con una fuerza de la que es prácticamente imposible escapar. Cuando el águila captura a su presa, las garras perforan la piel y desgarran todo lo que encuentran a su paso. Normalmente el águila real mata por neumotórax.

Al perforar la cavidad torácica, el aire entra en el interior y provoca el colapso pulmonar. La presa muere en cuestión de minutos. Las águilas cuentan con 4 garras por cada extremidad, por lo que es tanta la cantidad de aire que entra en la cavidad torácica que los pulmones no consiguen vencer la presión y volver a respirar. ¿Qué tipo de presas suelen caer en las garras del águila real? Prácticamente todo lo que te imagines. 

¿Qué come el águila real?

Además de todas las características mencionadas, el águila real es considerada un depredador tope por el lugar que ocupa en la pirámide trófica del ecosistema. Tal y como vimos con el jaguar, el depredador tope es aquel que se encuentra en la cima de la pirámide alimenticia. No hay otras especies que se alimenten de águilas reales adultas y, por el contrario, ellas se alimentan de casi cualquier otra especie. 

Es importante tener en cuenta que las presas dependerán en gran medida del lugar e incluso la época del año. En algunos lugares hay mayor abundancia de unas especies u otras, al igual que, por ejemplo, son importantes las temporadas de cría de algunos ungulados salvajes ya que aumentan mucho la disponibilidad de presas de gran tamaño. ¿Cómo se puede saber de qué se alimentan? Mediante observación, análisis de muestras fecales o bien a través de cámaras de fototrampeo. El Proyecto Aequilibrium ha conseguido una información muy valiosa durante los últimos años gracias a las cámaras instaladas en los nidos. (Linaje mediterráneo, Aquila crhysaetos homeyeri. Parejas reproductoras de la península ibérica)

pollo de águila real junto a restos de comida
Cabeza de cervatillo y cádaver de liebre en nido de águila real mediterránea.
Fuente: Proyecto Aequilibrium.
Restos de garduña en un nido de águila real mediterránea.
Fuente: Proyecto Aequilibrium.

Según lo observado, el águila real se alimenta de lagomorfos como conejos y liebres, ambos en grandes cantidades;  ungulados como ciervos, corzos, rebecos o jabalíes, en su mayoría cuando estos son crías, coincidiendo con la temporada de cría de las águilas ; otras aves como cigüeñas, urogallos, gaviotas, perdices, otras rapaces más pequeñas, etc.; reptiles como tortugas terrestres, culebras y lagartos; y también de mamíferos carnívoros como el zorro, tejón, meloncillo, la garduña e incluso el lince. En resumen, se alimenta de prácticamente cualquier individuo que no se cubra bien las espaldas. 

Proyecto Aequilibrium: 5 años investigando el comportamiento predatorio del águila real

El proyecto Aequilibrium nació a finales del 2016. El objetivo principal era generar conocimiento acerca de las relaciones ecológicas entre el águila real mediterránea (Aquila chrysaetos homeyeri) y sus presas en toda su actual zona de distribución mundial. A día de hoy, el objetivo sigue siendo el mismo y cada día consiguen mejores resultados. ¿A qué se dedican?

Durante la temporada de cría, la pareja reproductora aporta presas continuamente a sus polluelos (1 o 2, por lo general). Es en esta época cuando mayor información se puede extraer del papel del águila real como depredador tope y cuando más volumen de trabajo tiene el proyecto. Durante prácticamente 3 semanas, el equipo de Aequilibrium recorre la península ibérica en busca de los nidos de águila. Una vez llegan a ellos, recogen información muy valiosa acerca de la alimentación de estas rapaces. Además, en estas visitas a los nidos, se instalan las cámaras de fototrampeo. Gracias a ellas, todo lo que comen las águilas queda grabado y fotografiado. De todas formas, la oportunidad de llegar al nido de un águila real hay que exprimirla aún más. 

Cámara de fototrampeo en nideo de águila real mediterránea.
Fuente: Proyecto Aequilibrium.

Aprovechando la oportunidad, mediante un procedimiento mínimamente invasivo, se trabaja para obtener información a partir de los polluelos. Durante unos minutos, se toman varias muestras para después ser analizadas en el laboratorio y conocer más acerca de la salud y el desarrollo de las águilas reales. Además, se toman fotografías identificativas de todos los ejemplares portando sus anillas de identificación. Cada polluelo lleva unas anillas con un código alfanumérico que le acompañarán toda la vida. De esta forma, se busca generar un censo poblacional del águila real y así conocer más sobre su distribución. 

Anillamiento de águila real.
Anillamiento de un polluelo de águila real mediterránea.
Fuente: Proyecto Aequilibrium.

¿Quieres ayudar al proyecto Aequilibrium?

El trabajo de estas personas tiene un valor altísimo. En ocasiones incluso ponen en riesgo su vida para seguir extrayendo información sobre el águila real, quien construye sus nidos en lugares casi inaccesibles. Para cubrir todos sus viajes, el material que utilizan, el procesado de las pruebas en el laboratorio, etc. cuentan con una disponibilidad económica muy muy muy justa. Nosotros ya hemos hecho una contribución apadrinando 8 de los polluelos de esta temporada de cría 2021. El águila real es una especie indispensable para conservar la salud de los ecosistemas. Todo lo que ayude a la conservación de esta especie es importante que lo mantengamos a flote. Nuestra salud depende de este tipo de especies, quienes mantienen la salud de todo lo que nos rodea. 

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