Hace muchos años, cuando estaba acabando mis estudios secundarios y tenía toda la presión encima de lo que debía estudiar, decidí seguir el camino de las humanidades. Tenía muy claro en ese momento que si estudiaba la carrera de Ciencias Políticas iba a tener todas las herramientas en mis manos para mejorar este mundo. Pero los años pasan y una crece viendo las noticias cada mañana antes de entrar en clase. Escuchas muchos políticos al día prometiendo medidas, y muy pocas son a nivel de conservación.
Me preguntaba por qué nadie frena a esas grandes industrias, o por qué aún no está penado ensuciar el medio ambiente. Por qué las empresas de reciclaje dejan tanto que desear y cómo es que la gente en su día a día no reacciona y toma medidas. Mi madre me cuestionaba todos los días qué iba a ser de mi futuro y yo ni siquiera sabía con certeza si habría futuro.
Hay una canción de un rapero español donde dice “Investigan Marte y no sabemos del océano, pero bueno, ¿solo soy un simple ciudadano no?» . El propio Hard GZ despertó una curiosidad en mí por el mar que nadie más había conseguido en 18 años. Y cuando llegó el momento de escoger un camino me pregunté. ¿Cuál es la mayor prioridad que debemos exigirnos? Y ahí no hubo dudas. Miles de especies se me vinieron a la cabeza. Fueron muchos debates internos. ¿Tienen repercusión mis actos individuales? ¿Debo conocerlos anatómicamente para defenderlos? ¿Dónde se realizan los trabajos prácticos de conservación y que repercusión tienen? Y así muchas preguntas…
He tenido la oportunidad años después de empezar a estudiar veterinaria de compartir mi tiempo y mi trabajo en diferentes proyectos de conservación y venir a estudiar a un país que vela por el 6% de la biodiversidad del planeta. De hecho en Costa Rica podemos encontrar 5 de las 7 especies de tortugas marinas que existen en el mundo. Hoy 16 de junio es el Día Internacional por la conservación de las Tortugas marinas, quienes lleva desde la época jurásica surcando los océanos. Y 200 millones de años después…
¡6 de las 7 especies se encuentran en peligro de extinguirse!
Sobre las tortugas marinas
Cuando hablamos de tortugas estamos refiriéndonos a una de las especies más antiguas que habita en nuestros mares junto a otras especies como los tiburones. A diferencia de las tortugas terrestres, ellas han evolucionado con un cuerpo mucho más hidrodinámico que les permite nadar a velocidades cercanas a los 40km/h y recorrer distancias trasatlánticas. De hecho uno de los motivos por el cual estudiar estas especies es tan difícil es porque sus zonas de desove no son las mismas que sus zonas de alimentación, y estos dos momentos son claves para tener contacto con ellas. El resto del tiempo nos es casi imposible seguirles la pista.

La importancia de las tortugas marinas en nuestro entorno
Si de golpe desaparecieran todos los perros del planeta, estoy totalmente segura que la humanidad notaría sus consecuencias. Llegaría un vacío a nuestros días. Y ahora yo pregunto, ¿cuál es la repercusión en nuestras vidas si desaparecen estas especies con las que no convivimos en el día a día?
1. LAS PLAYAS PERDERÍAN SUS CELADORAS
Una cosa que quizás no sepas pero que permite que en verano puedas disfrutar de unas horas de sol en la playa, es el movimiento de nutrientes que las tortugas traen a la costa. Durante la época de anidación, la tortuga llega a la playa, se arrastra hasta un zona segura y cava un nido de hasta 95 cm de profundidad. Cuando acaba, lo tapa y da vueltas por la zona haciendo marcas que despistan a sus depredadores, así no pueden encontrar sus huevos. Luego vuelven hacia el mar para seguir su camino. Durante todo este proceso generan un intercambio de nutrientes marinos y terrestres que le permite a las playas tener su color, su vegetación y en definitiva, su estado actual. Si las tortugas desaparecen, empezaríamos a notar serios cambios en uno de los paisajes preferidos para el humano.
2. OCÉANOS (AÚN) MÁS SUCIOS Y CON MENOS BIODIVERSIDAD
Las tortugas marinas son uno de los principales consumidores de pasto marino. Si ellas desaparecieran, este comenzaría a expandirse, lo que provocaría que la basura se acumulara mucho más en el fondo y obstaculizaría la luz que llega a las profundidades. Eso no solo nos dejaría un mar lleno de basura, sino también un agua con mucha menos calidad nutritiva, lo que acabaría con la vida de muchas otras especies.
3. LA CADENA TRÓFICA
Me gustaría pensar que a estas alturas todo el mundo conoce la importancia de la cadena trófica. El ecosistema se aguanta porque cada eslabón de la cadena cumple su función en su hábitat determinado, lo que se llama rol ecológico. El ser humano es el que más altera este mecanismo. Y como en toda esta cadena, si las tortugas marinas desaparecen, sus depredadores (tiburones, gaviotas…) escasearían de alimentos y sus especies presa como las medusas, formarían plagas que podrían destruir los corales. No vemos estas acciones, pero son las que mantienen un equilibrio en nuestra vida.

4. PROBLEMA DE SALUD PÚBLICA.
El consumo y la manipulación de reptiles no solo hace peligrar el ecosistema. Es también uno de los orígenes principales de enfermedades como la salmonelosis u otras zoonosis que pueden provocar problemas de salud importantes en gran parte de la población. Además a causa de ser animales tan longevos, acumulan una gran cantidad de contaminantes en su sistema.
Todo eso, si no lo evitamos llegará a nuestro sistema inmune, y puede acabar provocando serios problemas de salud, haciéndonos vulnerables a diversas enfermedades que ni siquiera están relacionadas con las propias tortugas.
¿Qué amenaza la vida de las tortugas marinas?
Algo que me quedó muy claro trabajando con refugios en Costa Rica, es que el ser humano es la principal amenaza de estos animales. En estas zonas donde las tortugas marinas vienen a alimentarse o desovar el consumo de carne y de huevos de tortugas es exagerado.
No les importa lo peligroso que puede ser su comercialización. De hecho tuve la oportunidad de encontrarme con ellos en medio de la noche custodiando a las tortugas baulas (Dermochelys coriacea), y les puedo asegurar que muchos ni siquiera conocen los riesgos.

Antiguamente los comerciantes eran familias que veían un negocio para sobrevivir y cubrir sus necesidades básicas. Hoy en día es simplemente una fuente de dinero fácil para personas que se encuentran en riesgo de exclusión social. En ciudades como Batán donde el narcotráfico es uno de los negocios que controla la zona, la pobreza se intensifica en la población y como consecuencia, actos como este que tienen una repercusión directa en el ecosistema.
El cambio climático también es uno de los factores que más golpea a estos reptiles. Si la temperatura de los nidos es inferior a los 28º, la mayoría de las crías nacerán machos. Si por el contrario es superior a 32º, nacerán hembras. Debido al incremento de temperaturas que vive nuestro planeta, hace años que estos nidos cada vez producen más y más hembras. Si no frenamos esto, su reproducción acabará por desequilibrarse sola, y salvarles la vida ya no será suficiente.
En el refugio donde estuve en Batán, teníamos una lona translúcida que permitía entrar la luz pero resguardaba los nidos de altas temperaturas para empezar a equilibrar la población.
Otro claro ejemplo de pequeños detalles y grandes repercusiones.
Y como última amenaza pero no menos importante a destacar:
La pesca es una de las industrias más contaminantes del océano. Y a pesar de que la comercialización de tortugas es ilegal en casi todo el mundo, las interacciones con embarcaciones, redes de pesca y otros artes de pesca que quedan flotando, y la famosa pesca incidental son una gran amenaza para nuestras compañeras.
Se calcula que 1 de cada 1000 tortugas llega a edad adulta. Y teniendo en cuenta que hasta los 30/40 años no empieza su edad reproductiva, deberíamos plantearnos muchas cosas con urgencia…

Proyectos que velan por la conservación de las tortugas marinas
Mientras la producción y el consumo en masa sigue sin freno en las ciudades más importantes, económicamente hablando, en otros lugares del planeta hay gente que lleva toda su vida dedicándose a mitigar con las amenazas para las tortugas marinas.
La Laguna Urpiano, por ejemplo, es una reserva ubicada a 20 minutos en lancha del centro de Marina, una ciudad de la costa del Caribe costarricense. Allí, el director del proyecto y la bióloga encargada han dedicado su vida a cuidar e investigar la reproducción de tortugas que se da a lo largo de los 4 km que cubren de playa. Sus hijos se han criado en el refugio, y desde muy pequeños se rodean de adultos que velan por la conservación de su propio hogar. Para ellos es pasional, aunque muy exigente.
Durante el día, limpian las playas de toda la basura que llega de los ríos, hacen mantenimiento de sus instalaciones y repasan los datos tomados la noche anterior. Y cuando oscurece, comienzan las patrullas. Entre 5 y 10 horas cubriendo a pie kilómetros de playa en busca de huevos, a contrarreloj de todas las amenazas. Pero eso también me enseñaron las tortugas, dar paseos por las playas del caribe puede tener un impacto positivo en el planeta.
Animo a todo el mundo a que dedique tiempo a la Tierra, a que se vaya 3 meses o 1 año en soledad a conectar con la montaña o la playa, a que vivan la experiencia de sentir una tortuga parir, o rescatar a un perezoso electrocutado, a que se despierte con los monos aulladores a las 5 de la mañana, y conozca el sol a horas que normalmente no quería ver.
Las ciudades son bonitas para conocer, patinar, juntarse y crear arte. Pero nos alejan de la realidad más importante…
Tenemos una conexión con el mundo natural, y por lo tanto una responsabilidad.

Desenterrando un nido con más de 100 huevos de tortuga baula (Dermochelys coriacea) en el vivero de la Laguna Urpiano.
3.00 AM.