Las tortugas marinas tienen una larga historia que contar. Llevan más de 150 millones de años habitando el planeta y pese a tener un ciclo de vida relativamente complejo, han conseguido sobrevivir a todo tipo de adversidades ecológicas. Sin embargo, es ahora cuando su supervivencia en el planeta está empezando a peligrar. Según datos de la IUCN, de las siete especies de tortugas marinas que se conocen, seis están en peligro de extinción. Algunas como la tortuga carey (Eretmochelys imbricata) o la tortuga lora (Lepidochelys kempii) están consideradas «En peligro crítico» (CR). El siguiente paso hacia la extinción es considerarlas «Extintas en vida salvaje» (EW). ¿Cómo hemos llegado a esta situación?
Tras nacer en las playas, las crías son un blanco perfecto para muchos depredadores. Muchas de ellas ni siquiera conseguirán llegar al agua y las que lo hagan, simplemente estarán cambiando un peligro por otro. Además, las tortugas marinas son especies que poseen un lento crecimiento unido a una madurez tardía. Se calcula que tienen que pasar al menos unos doce años hasta que un ejemplar es sexualmente maduro para reproducirse y empezar a perpetuar su especie. Por si fuera poco todo esto, las tortugas son animales migratorios. Recorren largas distancias de cientos o incluso miles de kilómetros para migrar entre las zonas de reproducción y las de alimentación, y por ello, quedan expuestas en mitad del océano a cientos de peligros que ponen su supervivencia aún más en riesgo.
Pero esto lleva siendo así 150 millones de años, algo más estará pasando para que sea ahora cuando las poblaciones están amenazadas… .
Nuevas amenazas para las tortugas marinas: Antes de nacer
¿Te comerías un huevo fecundado de tortuga? La recolección y el consumo de huevos está suponiendo una gran amenaza para las poblaciones que anidan en algunos lugares de Sudamérica. Los huevos de tortuga son uno de los principales productos que se venden en el mercado ilegal. Por suerte desde hace años se han impulsado programas de educación ambiental que parecen estar dando sus frutos. Los comerciantes de huevos cada día se muestran más concienciados con el problema y parecen estar dispuestos a ponerle fin.
El calentamiento global también está empezando a presentarse como un problema para las tortugas marinas, pero ¿por qué?.
Al igual que otras especies de reptiles, el sexo de las crías al nacer depende de la temperatura media de incubación de los huevos. Por debajo de los 27.7ºC, los huevos eclosionarán dando lugar a individuos macho, mientras que por encima de esta temperatura los recién nacidos serán hembras. El constante incremento de las temperaturas podrá ocasionar una inestabilidad en la composición de las poblaciones que podría llevar a algunas especies a la extinción.

Nuevas amenazas para las tortugas marinas: Después de nacer
Otra de las grandes amenazas son todos los residuos derivados de la pesca que quedan abandonados en el océano. Las redes de enmalle, los palangres, las líneas de pesca con anzuelos, etc. suponen un grandísimo peligro para la vida de casi todas las criaturas marinas. En el caso de las tortugas, algunas pierden extremidades debido a lesiones necróticas al quedar atrapadas. Otras mueren al no poder alimentarse o huir de los depredadores, pero muchas otras acaban ahogadas porque no pueden llegar a la superficie para respirar. ¿Te imaginas la agonía?

Foto del autor.
El biólogo marino Scott Gass mostró al mundo en una de sus charlas TED Ed el milagro que supone que una cría de tortuga llegue a ser adulta y reproducirse. Si unimos las amenazas naturales junto con las causadas por el ser humano, se estima que de 800 crías que nacen sólo 2 consiguen completar su ciclo vital.
Sin embargo, pese a todas estas amenazas, hay algo que a día de hoy pone mucho más en riesgo la vida de las tortugas marinas, la de otras criaturas marinas y por supuesto, la nuestra también. ¿De qué estamos hablando?
El plástico: el nuevo habitante de los océanos.
¿Cuánto plástico echamos al mar cada año? ¿miles de kilos? ¿millones tal vez?. Se desconoce la cantidad absoluta de plásticos que acaban llegando al medio marino. Es algo muy difícil de calcular dada la cantidad de factores y variables a tener en cuenta, pero las estimaciones hablan de que entre 4 y 12 millones de toneladas de plástico acaban en el mar cada año. Su ligereza, capacidad de dispersión y el potencial para transportar contaminantes orgánicos e inorgánicos los han convertido en una de las mayores amenazas ambientales de nuestros días.
El próximo día que vayas a la playa y veas algo de basura párate a echarle un vistazo. Seguramente, de cada diez residuos que veas, ocho serán algún tipo de plástico. ¿Cuánto tiempo crees que podrían permanecer esos plásticos ahí si nadie los toca? Según varias fuentes, la biodegradación completa de los plásticos depende del tipo de plástico del que hablemos, pero el más simple de todos, una bolsa de plástico, tarda como mínimo 150 años. ¿Y una botella? 1000 años. Haz un favor al mundo y cuando veas plásticos en el mar, la playa o cualquier otro lugar natural… llévatelos.
«Dar ejemplo no es la principal manera de influir sobre los demás. Es la única manera»
Albert Einstein
Se han reportado casos de ingesta de plásticos de al menos 700 especies de animales marinos. En el caso de las tortugas marinas, tenemos evidencias clínicas de que las siete especies que existen han sufrido algún tipo de afectación derivado de ello. Las tortugas se alimentan de varios tipos de invertebrados marinos. Algunos como las medusas o los sálpidos poseen un gran parecido a las bolsas plásticas, y por ello, las tortugas acaban ingiriendo estos residuos. Las toxinas que transportan los plásticos disminuyen la fecundidad y las tasas de crecimiento y supervivencia de cualquier individuo que los ingiere. En numerosas ocasiones, los plásticos obstruyen el tracto digestivo provocando la muerte del animal.

Foto de Alberto Navarro
¿Por qué es importante conservar las tortugas marinas?
Además de su gran significado cultural y un valor turístico elevado, las tortugas son una pieza clave en los ecosistemas marinos. Gracias a ellas los arrecifes coralinos y los lechos de pastos marinos se mantienen saludables, favoreciendo así la vida de muchas otras especies con un alto valor comercial para el ser humano. ¿Cómo lo hacen?
En los arrecifes de coral viven gran cantidad de especies de fauna marina. Entre todas ellas, podemos destacar a la esponjas, uno de los alimentos favoritos de algunas especies de tortugas. Las esponjas son un tipo de invertebrados marinos que compiten con los corales por hacerse un hueco en el arrecife. Las tortugas se encargan de mantener a ralla las poblaciones de esponjas y así, favorecer el crecimiento de los corales, responsables de esa biodiversidad que caracteriza a los arrecifes. Gracias a todo esto, muchas especies de peces pueden usar los arrecifes para depositar sus huevos en un lugar seguro.

Otro ejemplo como el anterior. Las tortugas son buenas reguladoras de las poblaciones de medusas, el principal alimento de algunas especies de tortugas. Las medusas son grandes depredadoras de los alevines de muchas especies de peces de interés comercial. ¿Nos interesa que haya mayor cantidad de peces en el océano o preferimos que cada día sea más difícil pescar y alimentarnos?
Por otro lado, las tortugas marinas son animales con un alto valor carismático y por ello se han considerado durante muchos años «especie insignia o bandera», debido a su capacidad para atraer la atención de los diferentes grupos sociales y concienciar acerca de los impactos que afectan al medio marino. Gracias a su carisma, las tortugas se han convertido en el objetivo de muchos turistas, por lo que también ayudan al crecimiento de las economías locales a través del ecoturismo. Además, cada día más personas visitan los centros de rescate de fauna marina y otros proyectos de conservación para aprender e involucrarse con el cuidado de estos animales.
Centros de recuperación de fauna marina
Los centros de recuperación de fauna son entidades dedicadas a la protección del medio, tanto terrestre como marino, y tienen como principal objetivo el rescate y rehabilitación de ejemplares accidentados o debilitados por alguna enfermedad o afección. El fin último es reintroducir estos animales, una vez se han recuperado, de vuelta al medio natural. Por ello, los centros de rescate son considerados como las instituciones que mayor impacto positivo provocan en las poblaciones salvajes de fauna.
En estos lugares, otra de las grandes labores es la investigación. Gracias a ellos se recoge gran cantidad de información acerca de los problemas que afectan a las poblaciones salvajes: cuáles son las causas, en que proporciones se producen, en qué grado afectan a las poblaciones, etc. Gracias a toda esta información se pueden llevar a cabo planes para prevenir y reducir el impacto de estos problemas en la vida de la fauna salvaje.
Por ejemplo, sabemos que en las Islas Canarias (España), del total de tortugas marinas que llegan a los centros de recuperación de fauna, el 25% de los ejemplares ingresan por causas de origen natural (mordeduras de tiburones, enfermedades epidérmicas, anemia, etc.), mientras que el 75% de ingresos restantes corresponden a lesiones y accidentes derivados de las actividades humanas. El enmallamiento e ingestión de basuras marinas es lo que más lesiones y muertes causa, afectando a más de un 50 % de las tortugas.


Foto del autor.
La segunda causa de ingreso de tortugas más común, afectando a un 35% de los ejemplares, son los traumatismos derivados de la pesca y el atropello por parte de las embarcaciones de recreo. En este último caso, los daños en los órganos vitales cercanos al caparazón provoca un gran número de muertes.
¿Qué puedo hacer para contribuir a la conservación de las tortugas marinas?
Por suerte, existen cada día más posibilidades para que cualquier persona que quiera aportar su valor a la recuperación de la biodiversidad pueda hacerlo. Si aún no has hecho ninguna de ellas, te animamos a que te involucres en el cuidado de nuestro planeta y que tu paso por aquí deje una huella positiva en el mundo. ¿Quieres saber algunas de las posibilidades?
En primer lugar, existen muchísimos grupos y organizaciones involucradas y comprometidas con la conservación del medio marino. Día a día se ponen en marcha iniciativas para la recuperación y protección de las poblaciones mundiales de tortugas marinas. Apoyar a estos grupos y sus iniciativas es algo de gran valor que puedes hacer sin que te suponga ningún esfuerzo. Te dejamos algunas de las instituciones que pueden requerir tu ayuda (pincha en el enlace y te llevará directo a la página donde ayudarles):
- Fundación Mundo Marino. San Clemente del Tuyú, Argentina
- Fundación CRAM. Barcelona, España
- Tortugas Preciosas de Osa. Península de Osa, Costa Rica.
- Centro de rescate Karumbé. Montevideo, Uruguay.
Quizá te guste más la idea de involucrarte y conocer el problema de primera mano participando en estos centros de rescate y proyectos de conservación. Todos ellos aceptan voluntarios, estudiantes de prácticas o incluso proyectos de investigación. La participación de personas como tú es sumamente importante para que estas entidades puedas sobrevivir y seguir adelante. Si te interesa este tema, mándanos un mensaje (un poco más abajo) y te ayudamos con esta experiencia que nunca olvidarás.
Para terminar, la más fácil de todas las posibilidades que tienes y sin duda con la que mayor beneficio vas a aportar: reducir tu consumo de plásticos y reciclar.
Por las tortugas, por otras muchas especies animales y por tu salud y la de los que te rodean. Se parte del cambio.
